Economía del goteo: Falacia del Capitalismo, por Miguel Ángel Caloca Heredia.

Economía del goteo: Falacia del Capitalismo, por Miguel Ángel Caloca Heredia.
Se puede entender el término falacia desde diversas acepciones, la RAE le define como un “engaño, fraude o mentira con que se intenta dañar a alguien” ; es decir, se trata de una artimaña para encontrar ventaja de la ignorancia de aquellos a quienes afecta.
Y vaya que nos ha afectado el neoliberalismo y su aplicación, cuya base fundamental se concentra en la doctrina de la “economía del goteo”. Nunca se ha distinguido el sistema económico –y su manejo- por manejarse de manera íntegra, y, sin embargo, esta falacia en particular, poco tiene de habilidad y bastante de alevosía.
Economía, ¿para qué?
El Estado Moderno se caracteriza por la conjunción de diversos sistemas para su desarrollo, los cuales le brindan un sentido integral a la rectoría de sus políticas. Dentro de los ámbitos de mayor trascendencia encontramos a la economía, las políticas públicas, el aspecto sociológico y el jurídico. Sin embargo, el ámbito jurídico contiene a los demás (aunque no por ello sea el de mayor importancia), y es a su vez contenido de manera tangencial. Las políticas públicas se llevan a través de un proceso jurídico, al igual que las negociaciones que afectan a la economía y la estructura social en general.
El Derecho se encuentra ampliamente relacionado con las demás ciencias sociales, guardando un carácter particular, la regulación de las relaciones jurídico-económicas. Ello a pesar de que anteriormente y, “siguiendo los principios cultivadores de la Economía Política” se le daba (a ésta regulación) la connotación de “económica”; y por tanto, correspondía su estudio y aplicación a los dogmas de la teoría capitalista en pugna (actualmente, la neoliberal).
Sin embargo, es en tiempos recientes que -debido al reclamo social ante una clara tendencia hacia la desigualdad- se ha pugnado una conquista jurídica de los términos que regulan la actuación de los factores del mercado. En virtud de la cual se han constituido diversas ramas del derecho, v.g.: Derecho Económico, Derecho Financiero, Derecho de la Competencia, de la Propiedad Industrial, etc.
Como simple anotación, vale la pena reconocer la trascendencia del carácter jurídico e incluyente en materias económicas, pues el Estado se sustenta de la misma para la realización de sus fines (y otras actividades); siendo éste el caso particular del Derecho Fiscal entendido como sub-rama del Derecho Financiero.
Economía del Goteo.
En el ámbito de la economía solemos encontrar varios debates, tan cambiantes como la propia sociedad en su transcurrir. Aún así, algunos parecen seguir una eterna pugna por convalidarse, intentando constatarse de manera constante entre los teóricos y el respectivo recambio generacional. Entre ellos podemos encontrar varios temas, siendo el principal aquel que se muestra como fundamental en la postura económica de cada país: La Intervención del Estado en el desarrollo de la Economía.
Éste tema ya era abarcado y discutido por los grandes teóricos de la Economía Política Clásica, y lo podemos encontrar en La Riqueza de las Naciones de Adam Smith, o bien en los Principios de Economía Política y Tributación de David Ricardo; como anteriormente se mencionó, fueron ellos los primeros en abordarlo desde el aspecto económico, y no el sentido jurídico que debía guardar la regulación de la relación existente entre Economía y Derecho.
La intervención del Estado como rector del desarrollo de la economía ha pasado por diversas facetas; cada una representada por una doctrina económica particular; entre las que podemos destacar las siguientes: La doctrina clásica o liberal (Adam Smith, Robert Malthus & David Ricardo), la socialista (Karl Marx & Federico Engels), la escuela Keynesiana (John Maynard Keynes) y finalmente, la doctrina neoliberal o monetarista (Simón Kuznets, Mielton Friedman & Von F. Hayek).
Es de ésta última, que deriva la temática que ocupa el desarrollo del presente ensayo: La teoría de la “economía del goteo” (o de la derrama económica), incluida por primera ocasión en el libro insignia del neoliberalismo: Crecimiento Económico y Desigualdad del Ingreso, publicado en 1955 por Simón Kuznets. Cuyo pensamiento podría concretarse al afirmar que “en la medida que aumente el crecimiento económico, se disminuye la desigualdad en la distribución de ingresos” . Lo cual podría traducirse pragmáticamente en el apoyo de la macro-economía, la cual impulsaría a su vez (en una escenario perfecto, claro) a la micro-economía.
Se le conoce típicamente como economía del goteo, en virtud de que los excedentes que obtengan las grandes empresas deberían de ir a dar a las industrias menores. Básicamente, se trata de “colmar el vaso de los de arriba para que estos goteen o salpiquen algo a los de abajo” .
Castillos en el Aire.
Si bien, este tipo de modelo tuvo su auge en la década de los 70´s y los 80´s, sobra mencionar que su desmembramiento –o al menos su necesario replanteamiento- resulta aparente, ello en virtud del evidente aumento existente en materia de desigualdad en la distribución de los ingresos.
Varios teóricos y respetados economistas han pugnado una batalla sin cuartel contra las posturas adoptadas por el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), pues sus respectivos mandatarios han considerado adecuada la realización de posturas del corte neoliberal al momento de imponer sus condiciones para otorgar préstamos.
Afortunadamente, los esfuerzos de estos teóricos, entre los que podemos destacar a Joseph Stiglitz (premio Nobel de Economía en 2001, asesor económico del presidente Billl Clinton y vicepresidente senior del Banco Mundial) y a Thomas Pikkety (economista francés de reciente reconocimiento por su libro El capital en el siglo XXI), han comenzado a ver resultados finalmente.
Siendo un gran éxito el libro de Piketty , consistente en una recopilación de datos y su análisis estadístico –de las principales economías globales- acerca de la distribución del ingreso y la riqueza en el mundo desde el siglo XVIII hasta la actualidad; otorgando un brillante aporte en una época de penumbras económicas. Una concientización social respecto de la batalla requerida para instaurar medidas que pugnen hacia la igualdad de los ingresos.
Ello, entendiendo la igualdad económica como una característica capaz de nivelar las tendencias de estancamiento social. Pues, pragmáticamente, el nacimiento en una clase social es la condena del niño nacido: la movilidad social no es poco más que un mero argumento teórico para políticas de corte populista. Al final del día, es tal el rezago existente que la educación; considerada como principal motor en el ascensor social, hoy día “(…) está diseñada para asegurar la desigualdad y asimetría entre los habitantes del edificio social” .
No se trata -como en el ámbito jurídico-, de una tendencia de carácter local (nacional); el fenómeno de la globalización no ha traído consigo solamente los “beneficios”. De esta manera lo expone el conocido sociólogo Zygmunt Bauman, quien enuncia que “no podemos defender con eficacia nuestra libertades en casa, mientras nos amurallamos para separarnos del resto del mundo y atendemos sólo a nuestros propios asuntos” .
Con base en lo cual, ha previsto Piketty, la necesaria coordinación de las autoridades económicas en el ámbito internacional; así como lo esencial de un nuevo enfoque en sus planteamientos económicos, uno que contribuya a algo distinto que el gobierno de –parafraseando a Stiglitz- “el 1 por ciento, por el 1 por ciento y para el 1 por ciento” . Haciendo clara alusión de aquellos que se encuentran beneficiados por la política fiscal en distintas latitudes (fenómeno de la globalización).
La conclusión que comparten Piketty y los demás economistas es inequívoca, urge replantear el modelo estructural de las riquezas, ha resultado una irremediable condena la confusión de los incentivos fiscales en una “economía de goteo”, la cual jamás se tradujo en beneficio de la población general. Lo que Kuznets jamás tomó en cuenta –u obvio, por razones en particular- es la capacidad de la riqueza de auto producirse, el fenómeno especulativo ha ayudado exponencialmente a ello. A decir de Stiglitz, “quiénes están en la cima de escala social gastan una proporción menor de sus ingresos que los que están en la parte intermedia e inferior, que tienen que gastárselos todo en el día a día solo para ir tirando” .
Aquellos que tienen el dinero suficiente, se pueden dar el “lujo” de ahorrar, es por esta razón que el pilar fundamental de la economía del goteo se traduce en una simple falacia, en un insulto ideológico; toda vez que el fin mismo de quienes tienen la capacidad de gasto, nunca fue el consumo, sino el ahorro. Radicando en que aquello que pudo haber quedado como “derrama económica”, no contemplara siquiera la más mínima posibilidad de ver realizados sus fines.
La premisa de la “derrama económica” se traducía en que las economías más grandes apoyaran el crecimiento de las menores. Anteriormente se pudo pensar que existía un pequeño margen de esperanza respecto de su realización, pues las economías emergentes –o de los países denominados como “en vías de desarrollo”- comenzaron a acercarse a un nivel de igualdad en el crecimiento de su PIB. Sin embargo, ello fue un mero espejismo, pues se constató al respecto que, si bien se estaba disminuyendo al diferencia entre las economías nacionales; en el ámbito interno de cada Estado la desigualdad subsistía de manera inequitativa. Provocando un alto índice de marginados sociales, condenados a vivir la desigualdad impuesta y ratificada; una construcción que se compone desde diversos ámbitos, resaltando la trascendencia del jurídico, el sociológico y el económico.
La falta de garantías para una movilidad social ha puesto en jaque la concepción del Estado Moderno Contemporáneo, realizada la salvedad -quizás- de China; al ser la flamante nueva economía, conviniendo realizar la anotación pertinente que su economía es principalmente cuantitativa y no cualitativa, por lo cual no se ve afectada –en principio- de la misma manera por el típico capitalismo neo-liberalista. A pesar de que China haya observado -en virtud de una temprana educación financiera- el nacimiento de una gran porción de millonarios (1´200,300 millones de millonarios), tampoco escapa a las tendencias de la desigualdad.
Problema que parece agraviarse ante la recesión del ciclo capitalista, cuyo comienzo se dio en 2008 con la ruptura de la burbuja inmobiliaria. No ha bastado el cambio del régimen social de producción al de una Sociedad de Consumo , pues no hay manera de incentivar el consumo en una economía que se encuentra viviendo de prestado. El uso abusivo del crédito comienza a mostrar su ineficacia, la insolvencia de los deudores afectará al sistema financiero. Pronto quedarán solo las pólizas bancarias, despojando de las garantías (sean muebles o inmuebles) al común de las personas -insolventes- y la desigualdad se habrá acentuado, una vez más.
Decantación económica: Alternativa Viable.
Habiendo contemplado la crítica en el desarrollo del artículo, y observando las consecuencias que ha traído favorecer a los -ya favorecidos- ricos, probablemente el lector se pregunte ¿Cuáles parámetros marcan las “prioridades” del desarrollo económico? Y, de manera más concreta: “¿No merece el 99%, una primera oportunidad?
Pues bien, a manera de conclusión, presento a Ud., lector, el desarrollo de una concepción propia: La Decantación Económica. La decantación (concepto procedente de la Química) es un proceso, a través del cual se separa a un sólido de una sustancia, o bien, a dos sustancias que presenten una distinta densidad y fueran –en principio- indisolubles (inseparables) hallándose en un medio líquido; es decir, que la sustancia con mayor densidad se acumulará en el fondo del recipiente, en tanto que la de menor densidad irá –eventualmente- ascendiendo.
Hecha la analogía: la sustancia “más densa” corresponde al 1%, mientras que la de menor densidad (aquella que queda por encima) correspondería al 99% restante (la clase desfavorecida). No obstante, podemos afirmar que hasta la fecha se ha impuesto el interés de la clase favorecida; quienes deberían ocupar -pragmáticamente- el fondo del recipiente.
Pues bien, poniéndolo en el ámbito real, la “decantación económica” consiste en realizar una diferencia real en las consideraciones económicas. Dar prioridad al 99% y permitir que los beneficiados (1%) se afiancen al fondo del recipiente, confiando en que su propia densidad (representada por el “peso” de sus fortunas) alcance para darles un estado de bienestar.
La decantación es un proceso progresivo, por ello, no se propone un cambio abrupto ni alguna tendencia recurrente al socialismo; simplemente bastará transitar del modelo de un Estado Benefactor-Corporativo a un Estado Equitativo. Ya se ha demostrado que los incentivos fiscales y demás maquinaciones dogmático-económicas (fundamentalistas del neo-liberalismo) son poco más que falacias en búsqueda de perpetuar la desigualdad en la distribución del ingreso.
Entre las propuestas para realizar el “proceso de decantación”, se incluyen las siguientes:
a) Fomentar una política de ahorro gubernamental.
b) Establecer una eliminación parcialmente progresiva de los “beneficios fiscales”
c) Permitir el Re-finaciamiento de hipotecas.
d) Regular estrictamente los parámetros bancarios para el otorgamiento de créditos.
e) Establecer lineamientos de contabilidad objetivos.
f) Mejorar la regulación bancaria en lo concerniente a la gestión del riesgo financiero.
La premisa resulta bastante sencilla (a pesar del concepto que la engloba) en realidad, se trata de realizar el sentido inverso de aquello que propuso la economía en goteo. Apoyar al 1% no beneficiado a cumplir las obligaciones que trajo, y genera a su vez, la desigualdad.
Como ya lo han dejado claro las tendencias contemporáneas, es urgente la modificación del presente régimen económico. Y sin embargo, aún se niegan los sectores al poder a dar pie a un cambio verdadero en el manejo de sus políticas. Tal como lo expone Stiglitz en su libro El Malestar de la Globalización: “El descontento con la globalización (última etapa del neoliberalismo) no surge sólo de la aparente primacía de la economía sobre todo lo demás, sino del predominio de una visión concreta de la economía –el fundamentalismo de mercado- sobre todas las demás visiones” .El Capitalismo, como todo sistema, tiene diversos grados y variadas tendencias en cuanto a su aplicación. No son pocas las doctrinas –y sus exponentes- que pugnan por desbancar a la reinante, pues la economía es (como toda ciencia social) de carácter cambiante.
El neoliberalismo ha demostrado su ineficacia; y las clases afectadas pugnan por estabilizar el margen de igualdad. Es latente la urgente necesidad de dar resolución a este apócrifo proceso de enriquecimiento. Piketty y Stiglitz ya han lanzado el grito de advertencia, esperemos que en un último movimiento de sensatez, pueda reconocer el presente régimen y sus tercos representantes (FMI, BM), el necesario desenlace de la economía de goteo (con su salvaje pregonación) y la pronta recuperación de todo lo perdido.
Recordando que, el desarrollo de toda actividad humana -sobre todo de aquella que compete a la Economía- requiere de un concepto denominado “Confianza”.
Bibliografía Consultada:
Bibliografía:
• BAUMAN, Zygmunt. Daños Colaterales .Desigualdades sociales en la era global. 1ª ed., México, 2011.

• BAUMAN, Zygmunt. Vida de Consumo. 1ª ed., México, FCE, 2007.

• DE LA GARZA, Sergio Francisco. Derecho Financiero Mexicano. 28ª ed., México, Porrúa, 2008.

• PIKETTY, Thomas. El capital en el siglo XXI. 1ª ed., México, FCE, 2014. 679 pp.

• RAPHAEL, Ricardo. Mirreynato: La Otra Desigualdad. 1ª ed., México, Planeta Mexicana, 2015. 304 pp.

• STIGLITZ, Joseph E. El malestar de la globalización. 1ª ed., México, DeBols!llo, 2002. 447 pp.

• STIGLITZ, Joseph E. La Gran Brecha. 1ª ed., México, Taurus, 2015. 477 pp.

Bibliografía Electrónica:
o RAE, España, http://dle.rae.es/srv/search?m=30&w=falacia

o CRAIG, Roberts. “Trickle-Up Economics”, Global Research, Creators Syndicate, E.E.U.U.,2009, http://www.globalresearch.ca/trickle-up-economics/16414